En tamaño caos,
vórtice
y pozo a ninguna parte.
No sé que será de mí a cada paso que doy, no sé que fue de mí a cada paso que daba, y no sé qué es de mí ni siquiera hoy. Solo camino. Simplemente eso. Por ver si llego a alguna parte.
Porque es o eso, o quedarme quieto. Y quieto ya sé de sobra que no llego a ningún sitio y solo me quedo en un remolino depresivo del que luego es muy complicado salir.
¿En qué momento todo se fue a pique?
Los sueños,
las ilusiones,
las esperanzas.
No tengo dinero,
no tengo viajes,
no tengo pasatiempos
y no tengo nada.
No tengo nada
nada a lo que aferrarme
por eso camino
porque no hay punto de apoyo ni de equilibrio
en este vaivén funambulista
en el que los sueños tropiezan demasiadas veces con las mimas piedras
y yo
empiezo a pensar que soy tonto, imbécil, o masoca.
Lo que me mate antes.
A ver si así dejo de caminar por inercia
que parece que escapo de algo o de mí mismo.
No sé de qué escapo,
y creo que tampoco quiero preguntármelo.
¿De qué escapas?
Del tiempo...
Del tiempo...
Escapo del tiempo...
¿Contento?
No.
Yo tampoco.
Mejor seguir caminando.
A ver si llego finalmente a algo...
a algún sitio...
a algún lugar...
Y es que...
¿En qué momento mi vida se convirtió en semejante desastre?
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