recuerdos de otro tiempo,
presagios oscuros de luminosos sueños,
nos descomponemos por dentro
conscientes de la magia que arde en nuestro pecho.
El futuro es nuestro
mientras en medio del desierto
yaceremos en torres del silencio.
No quiero ser otro viajero muerto,
quiero ser el hijo del sueño.
Construirme con mis manos mi propio templo
y cuando llegue el final
y nada quede
solo mi alma permanecerá
entre proyectos y senderos que no me detienen.
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