domingo, 30 de abril de 2017

Katagena

La tristeza y la melancolía se confunden con los sueños,
     conjugando una danzante canción que cala en los huesos,
     que ilumina los deseos,
     que acaricia el tacto de los dedos;
como un verso que se pierde por el tiempo,
sin saber muy bien si viene,
si va,
o si no tiene dueño;
siento que todos nuestros besos se escaparon sin jugar,
sin aprender a dibujar,
sin saber muy bien como transmitir voluntad,
creo,
y solo creo,
que por más que veo
solo camino por este sendero,
con las esperanzas al hombro,
el futuro por sombrero,
y la mochila cargada de recuerdos.

Aquí me encuentro,
como un idiota que escupe lo que tiene dentro,
con lo que tus textos me revuelven,
y yo,
ya despierto,
solo espero seguir viajando certero,
sin ser ajeno a todo lo bello que encuentro,
a todos los cementerios,
a todos los silencios,
a todas las noches de enero con las que conté encontrarte lejos;

mientras tanto voy recorriendo
todos los caminos con que Saez me invitó a hacerlo:
respirarte en cada rincón,
                             como si fuese nuestro.


Aun tengo,
un puñado de recuerdos dispuestos,
-como dardos de veneno-,
a dispararse en forma de versos,
sobretodo cuando te sienta hablarme entre el viento.

jueves, 27 de abril de 2017

Yo tampoco creía en la magia hasta que la vi

Las pulsiones dulcemente punteadas revolotearon por el cielo,
como una brisa primaveral que se pierde en el solsticio de invierno.

El sol, cálido y luminoso,
vertía oleadas de refulgentes destellos dulzones
que se mezclaban con la agridulce temperatura del rocío en una mañana fulgurante.

Las notas
dibujaban estelas por todos los rincones,
como revoltijos juguetones que buscan encontrarse con sus compañeros de corredurías,
como una aventura veraniega en una escondida cala en un recóndito pueblito a orillas del Mediterráneo.

El Atlántico
bramaba con la fuerza de cien mil titanes sigilosos
que intentan camuflarse con la torpeza del que nunca sirvió para el escondite,
levantando pequeñas oscilaciones en la cristalina superficie marina,
y, en el fondo,
los bancos de peces se perdían entre sus iriscentes colores.

El silencio
arrullaban con la elegancia de la música bien ejecutada,
y los versos
se sonreían unos a otros,
como una pandilla de chavales que organiza el viaje de sus vidas.

El día era calma y paz,
y la noche un sabroso regazo de murmullos cómplices,
como las chisporroteantes miradas que se entretejen al arrullo de una hoguera insomne
que recoge las soñadoras confesiones de unas mentes esquivas
y unos corazones que se encogen cuando la vida no tiene prisa y se mantiene en el aire como un hermoso acorde.


No sé si era tu risa,
tu cambiante y atenta vista
o esa sonrisa a la que pusiste nombre,

pero hay algo en ti
que hace que cuando te miro
todas mis mejillas se sonrojen;
mientras el viento se llena de rimas y el universo describe círculos de magia a tus alrededores.

miércoles, 26 de abril de 2017

El peso de la noche estrellada

"Copiosos círculos, miles a elegir,
siendo un rebelde sin causa, 
opto por ser Caín."
David Martín Surroca


Caminando por donde la noche nunca avanza
opté por ser un Caín,
un féretro caminante que todo le resbala,
que a la muerte plantó cara,
que la vida le susurró que nunca se escapa
cuando estás maldito y destinado a sufrir tu propia venganza.

Recordando dónde la oscuridad no tiene palabras,
la esperanza se fugó para no tener que morir a cuchilladas,
y yo,
solo sé que no me queda nada,
nada por lo que seguir, respirar, ni tejer corazas,
solo quedan
miles de dinamitadas y descuartizadas miradas
que buscan refugio lejos de mi resquebrajada alma.


Caminando por donde la noche nunca avanza
escapé sin tener por dónde huir,
busqué refugio en mis entrañas
y en una llamarada sin fin me consumí.

Recordando dónde la oscuridad no tiene palabras,
reconstruí un refugio sin mí,
logré restituirme en tiras desgarradas
y entre las brasas me dirigí
a dónde el infierno nunca acaba
a dónde el exilio no tiene fin.


Caminando por donde la noche nunca avanza
logré salir del laberinto sin sombras ni gris,
las tinieblas me envolvieron como una marca
y al mirar al reflejo del espejo me vi:
frente a mí estaba yo,
y era él,
y era Caín.

martes, 25 de abril de 2017

O homem que vivia no Segredo

"Un homem só no segredo
sabe um segredo profundo:
nunca está só nem tem medo
quem ama os homens e o mundo."
Carlos Aboim Inglez



Destilo la sangre de mis dedos
como regueros que se pierden entre los ríos y los senderos,
como paseos de reos que reverberan sus pasos por las celdas del tiempo.

Amputo el hambre a imaginaciones
soñando desvelos y elucubraciones,
desdibujando palabras y canciones
me mantengo vivo en estas situaciones.

Desvivo la vida por sentir el viento,
cubierto de oscuridad como un velo
como un preso que cuenta al incontable paso lento con los dedos.

Amparo la esperanza con cuidado,
como el loco aislado y olvidado
que solo le queda el silencio callado
como el último y más resistente enemigo y aliado.

Desespero luchando por los nuestros
sabiendo que lo da todo por su pueblo,
tanto fuera, como dentro, dando resistencia sin tregua, y ejemplo.

Amplifico el vacío con mis mudos gritos,
intentando que cobre sentido este camino elegido,
esperando a que se acabe este castigo
y pueda salir y sentir la salitre en la piel y el calor de los míos.

Des-eo
como Prome-te-o
salir de este encie-rro
al que me han condenado solo        por intentar alcanzar el fuego de mis sueños;

y ahora
solo
me queda
solo
esperar

no Segredo.

sábado, 22 de abril de 2017

En Villa Crepúsculo, Frontela vio caer a la más grande y bella de las ciudades De La Creación en Guerra

En noches como esta,
escondo mi rostro en las sombras
y me dejo llevar por las siete velas,
buscando algún lugar
donde sepan salvarme de mi castigo.

En noches como esta,
deambulo sin tener ni idea
de cual es el nombre,
de cuándo es la paz en la guerra,
de dónde podré encontrar a Frontela.

En noches como esta,
salgo a la caza sin abrigo,
sin arma, sin marca, sin más amigo
que tener claro que yo soy el enemigo;
es duro saber que debes acabar contigo mismo.

En noches como esta,
me siento un poco más vacío,
y abro las páginas
de Y toda esa mierda
para cargarme todos los golpes del destino.

En noches como esta,
solo puedo sentir el frío,
la soledad, el dolor,
las lágrimas de saber que he destruido
a quien una vez había sido.

En noches como esta,
me abro el pecho en tres cuchilladas certeras,
y me grabo a fuego negro
el fondo del corazón caído,
ya no habrá salida para el incorpóreo corrompido.

En noches como esta,
miro al cielo
y sonrío a las estrellas,
sé que mientras estén cerca
yo no tendré a dónde escapar de este infierno que me espera.

En noches como esta...
todas las noches son largas pesadillas a las que hacer frente con la mente despierta.

martes, 18 de abril de 2017

Retrouxos dunha inesgotable resistencia no Atlántico

Era unha tarde de finais de verán,
e o interminable latexar do mar
mesturábase ca calma que se respiraba no ar.

Dinís, no alto no cantil,
vixiaba o punto de fuga do horizonte
como una sombra imperenne que non pode fuxir
dos retrouxos do tempo,
dos arrumacos do vento,
dos recordos e os enguedellamentos
do seu corazón marcado polo amor do norte.

Agosto esbaraba lentamente tras o Pinheiral do Rei,
e él,
non podía facer outra cousa que comezar a contar,
cos poucos coñecementos que tiña,
as horas,
os días,
os meses,
como unha ringleira inesgotable de solpores baleiros até poder vela de novo.

O ano non era máis que decenas de esborralladas xornadas
da casa á fábrica,
da fábrica á casa,
ateridas con pequenos instantes de calma
que lle enchoupaban o peito cas forzas precisas para continuar.

Aquel lugar,
aquel lugar era o seu recuncho,
o seu refuxio co que manterse en pé mentres esperaba o seu regreso,
alí,
alí onde a coñecera había xa tres anos,
cando índa eran mozos que podían ter a certeza e a esperanza de fuxir do porvir,
sen ser conscientes da súa capacidade para arrastrar os soños cara o cadalso do esquecemento.

O luscofusco arrolábase co sabor salgado a salitre,
e a noite abríase paso entre as ondas
devorando pouco a pouco
os últimos retrouxos dun país que agoiraba craveis baixo o seu engaiolamento.

Era unha tarde de finais de verán,
e Dinís, pendurado do Penedo
mergullábase na Saudade,
podería ser que o tempo todo o mudase,
máis a lembranza do seu último beso
facía brincadeiras co soriso da súa imaxe,

e mentres,
o interminable latexar do ar,
debuxaba cabriolas cas cores do mar.

lunes, 17 de abril de 2017

Recuerdos de un verano con sabor a mar

El verano de un poema junto al mar,
de las bicicletas por las callejuelas,
los azulejos con sus reflejos
y la salitre al respirar.

El poema de un verano junto al mar,
de las veladas en la arena,
de las historias en las hogueras,
de la música bajo las estrellas.

El mar de un poema junto al verano,
de los sentimientos y miradas,
de las sonrisas a escondidas,
de los corazones enamorados.

El mar de un verano junto al poema,
de las horas volando sin darnos cuenta,
de las amistades y la adolescencia,
de las madrugadas en las secretas caletas.

El verano de un poema junto al mar,
de las ganas de no parar de bailar,
de las fantasías y esperanzas que soñar,
de las olas con sabor a libertad.

Estabas electroseis loco

Las horas de la vida se pierden por las callejuelas de un casco viejo que nunca supo ver más allá de lo que tenía delante durante esos instantes,
la existencia
se desdibujaba en miles de suicidas notas que reverberan como las cuerdas de una guitarra desafinada que busca arrancar acordes nunca concretados,
las vorágines de luchas sin sentido logran alternar miles de idas y venidas
y yo
solo logro escapar para atesorar el pasado con el cuidado de quien sabe que nunca podrá recuperarlo.

La noche explota en miles de colores distorsionantes
solo nadie sabe de quien nunca pudo conocerse,
y antes,
y cerca,
los ritmos sinfónicos y afónicos logran expulsar el alma hacia rincones nunca conocidos,
como una droga que me exonera de mi afilada existencia durante unas breves largas horas.

La arena se escapa entre los dedos
y el viento
golpea con la fuerza de una ventisca de calor,
las hogueras entre los bosques brillan como brasas que no saben donde esconderse,
y los recuerdos recorren mi mente
una y otra vez
como fotos en blanco y negro
que saben llevarme a donde aun tiene sentido soñar.

La paz vuela por los brillos de las pupilas dilatadas por las largas ganas de vivir y bailar,
todo parece tener razón de ser cuando es verano,
cuando el calor baña los corazones
y el futuro y el horizonte parecen más cerca y más fáciles de atrapar.

La locura es solo aquello que nos invita a disfrutar de este mundo,
y a pesar de todo,
sigo teniendo ganas de escribir un diario en el que escupir y parafrasearme
una y otra vez,
puede que en uno de esos intentos logre sacar de dentro todo lo que tengo
y aflore por fin la persona que era cuando mi sonrisa todavía era algo que valía la pena.

La música me evade una y otra vez,
sea directa y o esquiva,
electrónica o y experimental,
psicótica, psicodélica o sin sentido y sin lugar,
como melodías que me arrancan las ganas de ser algo más,
de crecerme a mi mismo
y lograr avanzar en cada cambio de fase, en cada ciclo vital,
un poco más hacia el horizonte que siempre he querido tocar, abrazar y completar,
como las piezas de una esencia que sé que todavía puedo ensalzar y rescatar,
forjarla, construirla y dominar.

Las horas de la vida son paz
cuando el verano ha llegado,
con la alegría, las rimas y las ganas de cantar,

Son días de vivir la inolvidable experiencia de la memoria a orillas del mar.

viernes, 14 de abril de 2017

No es trece

Hoy ya no es 13, 
pero yo te escribo igual, 
supongo que porque soy así 
y me gusta saltarme las normas y los clásicos para decirte las cosas bonitas cuando no te las esperas.

Hoy ya no es 13, 
pero del mismo modo que te escribo igual 
también te quiero decir cuanto te quiero, 
porque es mucho, y lo digo en serio.

Hoy ya no es 13, 
pero no hace falta 
porque yo te amo los 365 días del año, 
y uno de propina cuando es año bisiesto. ^^

Hoy ya no es 13, 
pero bueno, 
que las sonrisas que te quiero sacar son siempre, 
haga sol, llueva o viento, 
sea noche, día, o esté el atardecer bañando todo el cielo 
como cuando tumbados en el suelo veíamos volar el tiempo 
entre paquetes de pipas y cheetos 
en una playa de Ericeira apoyados en un muro que hicimos nuestro.

Hoy ya no es 13,
pero ya son 18 meses escribiendo este cuento
de un petauro y una lura que se conocieron
en una tarde de otoño que terminó en un bonito beso.

Hoy ya no es 13,
pero en mis trece sigo yo,
porque contigo quiero parar el reloj
para que todo se detenga
y pueda regodearme en tu sonrisa bajo el sol.

Hoy ya no es 13,
pero amor,
para mí todos los días son como si lo fuesen,
supongo que la magia es verte
siempre como si acabase de conocerte
y escribirte poesías para que me llames bobo,
cierres los ojos,
y me beses.

jueves, 13 de abril de 2017

Llamo a los poetas

Como Hernández llamo a los poetas
a todos los artífices de letras,
a los que desnudan poemas,
a los que recitan,
a los que susurran,
a los que besan;
        con el pecho de fuera.

Como Hernández llamo a los poetas
a levantar un muro contra la riqueza,
contra las falsas huelgas,
contra quienes mean y dicen que llueva,
contra los que desean que la poesía se venda,
contra quienes se esmeran
        en que perdamos las fuerzas.

Como Hernández llamo a los poetas
a luchar por nuestra clase,
a seguir aunque todo fracase,
a sonreír y ser felices pase lo que pase,
a escribir para cambiar todo de base,
a construir una educación que nos haga iguales,
a soñar, besar, amar, vivir...
        sin sentirnos culpables.

Como Hernández llamo a los poetas
para no tener que sobrevivir nunca más,
para pintar carteles de guerra por la paz,
para defendernos cuando haya que luchar,
para plasmar la realidad,
para transformar todo lo que haya que mudar,
para lograr vivir sin el miedo impuesto a fracasar,
para aspirar a respirar
        sin el yugo del capital.

Como Hernández llamo a los poetas
para cumplir con nuestra tarea,
pues ha terminado la espera,
y ya es hora de hacer la calle nuestra.

Llamo a los poetas...
con la esperanza por bandera,
la sangre roja y a la izquierda,
y las rimas escritas en tinta negra:
"sabed que la victoria está ya cerca".

miércoles, 12 de abril de 2017

Un buen viaje me espera

Hace calor en esta tarde de abril,
tumbado
sobre el improvisado regazo del tejado de un pilón
me dejo bañar por el sol,
como si tú estuvieses aquí
a mi lado dejando relucir tu mirada sobre mí.

El mundo se pierde entre los campos en flor,
y yo
me dejo llevar
por el sentimiento de remanso de paz
que se respira en este lugar que sabe a libertad.

La carretera serpentea
como un sendero que espera
nuevos pasos en pos a nuevas metas,
está limpia
y con una llamada sincera pide que alguien se eche a andar por ella.

El futuro se erige como una recién estrenada era,
supongo que la primavera llega con fuerza
y quiere que las vendas dejen paso a las hojas que el viento balancea
con la alegría de las puras ganas de vivir
dejando huella a modo de sonrisas, poesías y aventuras viajeras.

El cielo me libera
y la luz me invita a verla de cerca,
los versos son mi escena
y las pulseras la calma de seguir por donde yo quiera.

¡Vuela!
¡Que el horizonte nos baña y espera!

lunes, 3 de abril de 2017

(r) El ar acerca los sentimientos pues la alegría es un bonito juego (r)

En cada surco de tu espalda
dibujé caricias con sabor a cielo
alineando los planetas
y esparciendo todo su polvo a besos.

En cada brillo de tu mirada
recogí palabras con olor a sueños
jugando a las cosquillas
y componiendo fotos de reencuentros.


Por sexo,
o quizás por ganas de eso,
                    de bajarte el firmamento,
destejí las redes de los sentimientos
y te robé la luna
aun sabiendo que desequilibraba los suelos,
que alteraba los vientos,
que desestabilizaba las mareas y los universos,

y a pesar de ello,
o quizás por esto,
por ligar nuestros senderos,
no dudé ni por un momento en hacer de la existencia un poema que fuese nuestro.

domingo, 2 de abril de 2017

Los rincones de los cañones reptadores nos devuelven ecos que sin saberlo nos responden

La espuma de los golpes se desliza
entre las ristras que erizan las miradas de envidia,
los borbotones de oscuros colores
se recomponen en miles de sorprendidos perdedores.

Las caídas avisan de los peores dolores
mientras que todo gira recordándonos que somos meros peones.

Acogen
los renglones
gritos rencores que esconden los cuchillos informes,
los filos solo escogen
a aquellos
que nacen sin perdones.

Azogue,
azogue,
incierto azote que nos devuelve reflejos deformes,
imágenes veteadas de plateresco platino sin causa ni orden.


La espuma
de los golpes
brota
bajo agonías de locuras en claves menores,

y la caída no tiene valores,
   y la caída no tiene valores,

y la caída,
es
hasta el fondo cavernoso, castigo de dioses.


Solo queda
saber que no quedan cicatrices sino cortes.

sábado, 1 de abril de 2017

Parte de guerra: Nos quieren cautivos y desarmados

Hoy es uno de abril,
y al encender la tele,
lo primero que vi
fue que condenaban a alguien más por un tweet;
otro rapero debía callar y "no mentir",
y la Audiencia Nacional seguía en su juego de reprimir.

Hoy es uno de abril,
y los que ganaron siguen ahí
arriba de todo,
anclados en sus tronos,
en sus tribunales,
en sus cuarteles en los que,
como los westerns,
van tachando los rostros de gente
a la voz de:
"uno menos, a por el siguiente rojo".

Hoy es uno de abril,
e igual que llegaron,
por la fuerza y contra nuestra voluntad,
siguen dominándonos con su tele,
con sus leyes,
con su inseguridad estatal;
siguen haciendo de nosotros unos peones
que por mucho que intenten llegar al final
nunca dan alcanzado la libertad,
saben
que la escalada social es una falsedad solo destinada a los que nacen en cierta posición especial.

Hoy es uno de abril,
y nosotros seguimos en los mismos lodos que cuando perdimos Barcelona,
Bilbao,
Asturias, Valencia, Madrid;
seguimos con el mismo miedo que vivimos cuando sin cuidao arrasaron Andalucía y Badajoz,
y en las noches oscuras
a los desgraciaos que teníamos en el pecho la hoz
nos pasearon por Coruña,
Cantabria
y Valladolid.

Así, 
sin miedo a dejar huérfano a un país por un exceso de condenas que se excitaban al ver morir.


Hoy es uno de abril,
y sus estructuras
siguen firmes
en un Régimen del que parece imposible huir:
todo lo que digamos sirve para encarcelarnos,
callarnos
y resignarnos a seguir así.


Hoy es uno de abril,
y a pesar de todo lo malo
quizás aun quede algo por lo insistir:
las ganas de solidarizarnos,
apoyarnos
y resistir.

Porque como dijo Otegi,
a muchos años luz de salir:
sabed que vamos a ganar
y que por ello hay que sonreír.