domingo, 1 de septiembre de 2019

Versos valientes

Trato de destripar las palabras con la facilidad de un poeta que se desnuda el pecho mientras se rompe a tiras toda la piel de este cuerpo. He recorrido universos tratando de buscarte como Axel a Roxas y he resultado ser un puñado de demonios incorpóreos, un ángel tratando de hacer lo correcto en un mundo en el que es demasiado fácil equivocarse.

¿Qué tendrá esta vida que no se nos permite tener otra?
Y así vamos,
destripando finales,
saltando de abrazo en abrazo tratando de aferrarnos a esta soledad que siempre nos invade.

Solo soy como ese pobre palestino expulsado de su suelo quemado,
disparo ráfagas de palabras a quemarropa por dolor
y la quemazón me hace arder el corazón.
Las calles empedradas tienen ese encanto del pasado,
salto de roca a peñasco
para sentarme en todo lo alto
dominar el cielo y volar
como una foto lista para instagram.

Soy Atlántico y eternidad,
un verso desnudo que jamás regresará,
la magia del mar
como un vendaval
que nos lleva siempre más allá.
Hoy tengo la paz y la calma,
ya tendré otro día la gloria
mientras tanto me quedo con la risa fácil
de una poesía que remata
en lo alto de la red

¿qué es lo que se va al otro lado del muro?
Solo somos cuervos rotos levantando sus alas para rozar el firmamento.

Pásame esa cerveza que no nos pare nadie
ya la muerte vendrá
pero hoy importa el aquí y ahora:
vive deprisa, muere joven,
y el humo del cigarro que se consume en el cenicero
de esta tesis que es la vida,
no hay otra salida para la indignación
que plantar cara a las adversidades:
si quieres cambiarlo todo
empieza por este sistema,
el resto viene solo como un haz de rayos gamma
surcando el estrecho a hombros del Granma.

Vaya prisas que nos entran cuando sabemos que todo se termina
¿por qué no viviremos esta vida como si fuese el último día?

Sufrir en silencio en vano es algo que solo Itachi podría lograr
el resto seremos pobres esqueletos muertos
si queremos ser héroes en este mundo infecto
en el que nos disparan continuamente publicidad
para caer y fracasar.

¿Qué hay de verdad en una primavera floreciendo
si solo en el destierro del otoño podremos renacer y soñar objetivos nuevos?

Tengo las manos manchadas de sangre,
pero perdonarse es de sabios
y camino para pasar de largo su bandera,
la nuestra es roja, amarilla y morada
y lleva la palabra libertad en la frente bordada.
Trato de ser poeta del pueblo
y solo logro ser una huella digital
que se esconde entre los miedos
de este sistema infernal,
supongo que ese es el aliento
que nos queda cuando queremos
ser mejores de lo que creemos,
dame la mano y juntos creceremos,
el resto es sonreír, cuidarnos y querernos.

¿Qué tienen de verdad los cuentos?
Yo creo más en lo cierto de las leyendas
que en la moral que tratan de imponernos,

seremos vientos llevando futuro a todos lados
y sin saberlo ni esperarlo
los años pasan de largo,
mirar hacia atrás tiene su magia
pero en el horizonte está el verdadero camino
y el resto es solo ilusiones en la cueva de Platón,
no hay patrón que pueda acallar esta voz,
y Bizancio tiene más de verdadero y libre
que cualquier otro imperio olvidado.

¿Y ahora qué queda?

Pasa página y tira de lado
que a lo largo de todo este tiempo
he aprendido a distinguir
entre quien me quiere bien
y quien solo busca sangre de los corderos,
somos valientes cuando soñamos
en una pesadilla en vida
de la que no nos protegen ni las sábanas.

Spoiléame todos los finales,
pero nunca me digas
cómo llegamos a estos giros argumentales,
me importa el camino
como causas y consecuencias que perviven por sí solas,
que la baraja de naipes se reparta esta partida

que aún queda vida por delante para rato
sonrío de lado y remato
este poema de triste soldado
que sueña con ser salvado
por la poesía del aroma Atlántico:
dame siempre tu mano
que ya la luz la encuentro en la paz veraniega del atardecer lusitano
recuerda esto:
siempre habrá libertad al calor de tus labios.

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