Te siento en la distancia
como esos poemas
que se recorren con mucho cuidado,
para saborear entre líneas
todas las posibles lecturas
que vivir en tiempos de locura,
sueños,
y mares de amarnos.
Solo con ese cariño
y fragilidad
del lápiz que acaricia al papel
como su fuesen tus labios,
podré encontrar los tesoros
de esta vida
que me invitan a caminar a diario.
El tiempo duele
en esta distancia nuestra;
tan inevitable como patente,
tan incierta como firme,
tan etérea como lejana;
que me desborda
al calor de la mañana
en que tu ausencia
me quema la piel
como un sueño buscando florecer.
Por eso te escribo,
por aferrarme a ti
y sacarte todas las sonrisas
que de tu mano no puedo
atrapar en el viento.
Por eso te escribo,
para difuminar los instantes,
confundir al tiempo,
domar a la eternidad
para moldearla para ti.
Por eso escribo, te siento, te sentí,
por aderezar el mundo en versos
para hacerte feliz,
arrullando este pequeño cuento
que te invite a sonreír.
No hay comentarios:
Publicar un comentario