lunes, 6 de abril de 2020

De antemán perdida

El dolor atenazante del pecho,
campo de guerra,
polvorín de olvido,
conflicto abierto que desangrar
como la salitre purgando las heridas.

Pero no hay cura
ni salida,
solo un inmenso vacío,
extenso como el mar,
oscuro como noche sin luna,
triste
olor a tormenta
en la más fría soledad.

La guerra ha acabado
y ya no hay
patria a la que volver,
hogar en el que llorar,
vida
rota
   sin tiempo
ni vuelta atrás.

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