Nacimos en un mundo
que solo quiere pisarnos,
y qué haremos
mientras tanto querernos
para plantar cara seremos
luchadores sin final,
no seas uno más
de esta escalera que nos espera
ascendiendo a costa de otros
que nunca podrán soñar
con ser algo más.
Lo siento, te espero,
en este poema, en estos versos,
escribamos algo certero
nuestros sueños en una botella en el mar
como si el cristal fuera poesía
qué harías
si en el espejo los años te pisasen el tiempo,
venimos de lejos,
y somos correctos
en tiempos alocados,
en que el fascismo campa sin cuidado,
sé consciente
esto es la guerra,
dame la mano y lo haremos,
seamos eternos, sí,
como si así
voláramos hasta serlo,
fuego ardiendo,
olvidos del recuerdo
como Roxas en la torre del reloj,
no hay miedo
si no sabes qué te queda
cuando acabe, y yo,
que hagamos tormenta con nuestras ideas,
prenderemos las calles,
no te calles, no me falles,
llegando más lejos que nadie.
Somos arte,
versarnos, versarte,
escribiendo a desfase,
con ojeras y desaire,
palabras distantes
que rompen los naipes,
o jugamos todos o echamos al rey del baile.
No lo hagas a medias,
ya sabes qué queda,
conquistemos las bibliotecas,
los libros a los parques,
que sea este el último combate de ideas,
no creo en las reyertas,
a navaja limpia no me superas,
vivo en el filo que despierta
la sangre deslizándose de mi parte,
¡qué desastre!
el capitalismo nos arruina la vida
como virus que exterminan,
y respira
porque no hay salida
en este sistema que nos quiere aplastar
seamos banderas de libertad.
Llave espada para tu cora,
coraza que escora
hacia la izquierda en la batalla,
esto es lucha de clases
no niños jugando en parques,
a ver si me entiendes
que saldremos a tomarlo todo, final en ciernes.
Puedes, creo que puedes,
controlar las lecciones,
aprender a ser más fuerte,
caer para levantarse, gente,
comprende que gana quien vence.
Somos el pueblo prendiendo el viento,
tiempos de revolución de abajo desde dentro,
ardiendo como la patronal y su miedo,
tomemos el mundo, el cielo, los sentimientos,
cambiemos de una vez este cuento
que sean los obreros
los que pronunciemos este entierro
que será su tumba a pecho abierto.
Rompe tus grilletes
como si fuesen cárceles los viernes,
como somos, como eres,
sabes lo que tienes:
un sueño en papel,
quién, dime, quién,
es el cobarde que se dispara a su propia piel,
no queda nada más qué hacer,
que venir a vencer,
seamos el fin,
el hilo rojo que llega hasta aquí,
los derechos que cumplir,
los sueños que fui,
la paz, amigos, la paz
que sabríamos que llegaría
la libertad, la libertad de vivir
libre,
tranquilo
y feliz.
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