viernes, 13 de noviembre de 2020

Diarios de un voluntario #2: Voluntarios en confinamiento

Hace ya dos meses desde que lancé la última botella a este ancho mar que es internet y la verdad es que en este tiempo han pasado muchas cosas.

Mi trabajo de voluntario en el MFR Bernay en Champagne sigue viento en popa. A lo largo de estos meses he realizado en todas las clases una serie de presentaciones para hablarles sobre España y su gran diversidad cultural, social y artística. Sobre todo, como les he recalcado en cada presentación, he tratado de huir de los tópicos típicos de toros, paella y flamenco, porque no es una realidad que exista en España más allá del sector turístico más pasado de moda que busca construir una identidad nacional inexistente en la calle. He tratado de hacerles ver la rica y diversa realidad de España como estado plurinacional y como esta es el resultado de una historia en la que se entrecruzan decenas de civilizaciones a lo largo de los siglos, hasta cuajar en el mosaico fructífero que es hoy nuestro país. Creo haberlo conseguido y que los alumnos son ahora realmente conscientes de todo lo que tiene por ofrecer mi país.

También participo en las clases acompañando a los profesores en la enseñanza o llevando a cabo exposiciones sobre algún tema. Los alumnos agradecen las caras nuevas en las clases y se muestran siempre atentos y dispuestos a todo lo novedoso que puedas brindarles. Historia, inglés, gimnasia, francés... todas las asignaturas sirven para que los alumnos se motiven a descubrir cosas nuevas y para que yo pueda aprender todavía más cosas de ellos. También hemos hecho alguna que otra salida, como una excursión al teatro con los alumnos de 3ème, enriquecido con un interesante taller teatral que nos permitió a todos profundizar en la magia del arte dramático.

Los días que trabajo de tarde, realizo actividades para los alumnos y si bien los cursos de SAPAT, 4ème y 3ème son los más predispuestos a participar, siempre se acaba uniendo algún chaval de otro curso al vernos jugar al fútbol, al voleybol, a la caza del tesoro o a diferentes juegos de mesa como el Totem o el Cluedo. Además, hasta hace escasas semanas podíamos hacer también alguna que otra salida al cine, al parque de aventuras o al lago de Brûlon para realizar las divertidas jornadas de integración en la que los alumnos de todas las clases participaron entremezclados por cursos en actividades tan geniales como tiro con arco, paddle surf, kayak, BTT o carreras de orientación para ver qué equipo se coronaba campeón de la jornada y pasaba a formar parte del Hall de la fama de Bernay en Champagne. -Os contaré un secreto: en la última competición que hicimos fuimos yo y mi equipo los ganadores, así que si queréis disfrutar de nuestra fotografía de campeones no os olvidéis de pasar por la cafetería del MFR.-

Líneas atrás he dicho "hasta hace escasas semanas", pues desde hace dos semanas las cosas han cambiado un poco. Ahora Francia está pasando un nuevo confinamiento y las actividades en el MFR ya no se pueden realizar del mismo modo que antes, si bien hemos buscado soluciones para poder llevarlas a cabo. Las actividades de las tardes continúan, aunque hemos cambiado las salidas y los entretenimientos entre las diferentes clases por sesiones de cine y juegos en grupos más pequeños. Lo importante, a fin de cuentas, es que los alumnos puedan estar entretenidos.

La vida en la casa continúa bien. Sesiones de cine, comidas internacionales (principalmente italianas), partidas de cartas, sesiones de fitness... Hemos reorganizado incluso el salón y el comedor para tener más espacio. Somos una pequeña familia multinacional.

La otra gran novedad de estos meses es que ha llegado Lura a Francia y ya ha comenzado su voluntariado. Sí, también es voluntaria europea, pero ella lo es en el MJC de Elbeuf, en la Alta Normandía. Uno de nuestros grandes objetivos al venir a Francia es descubrir y explorar todo el país, así que desde que ha llegado a estas tierras nos hemos puesto manos a la obra: Nantes, Le Mans, Elbeuf, Le Havre, Etretat, Rouen, Tours, Caen, Bayeux, el Monte Saint Mitchel... Gótico, carolingio, románico, renacentista, barroco, flamígero... Bosques, playas, campos, reservas naturales... Ciervos, jabalíes, corzos, liebres, cormoranes... La lista es larga y en cuanto acabe el confinamiento retomaremos el desafío que nos hemos marcado para no perder el ritmo. Si afinas el oído sentirás que soplan vientos del este. Disneyland se asoma tímidamente en el horizonte...


Llevamos dos semanas sin poder viajar ni tener ocio, pero esta nueva cuarentena no podrá con nosotros porque aunque seamos voluntarios en confinamiento, esto dura un año, así que ¡solo estamos reservando las fuerzas para aprovechar con más ganas todavía esta experiencia!

La aventura continúa.

Permaneced atentos. Seguiremos informando.





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