viernes, 6 de noviembre de 2020

Me fugué en medio de las hiedras y solo encontré relojes de arena

Entre las hebras de la noche la suerte se ha perdido
y encuentro sentido
en este loco río de vidas que se han caído en lo más hondo de este frío
como si pudiese seguirlo, abriendo camino entre hiedras y espinos,
entre suertes que se hacen resquicios en los bordes,
solo creo entonces en comprenderte entre la noche estrellada,
mirada trastornada, palabras apalabradas en las que hallar la calma
que se me escapa entre la punta de los dedos,
como si tengo o no tengo, solo comprendo
que soy un pobre enfermo
sonámbulo entre sueños eternos,
¿y de que huyes tú en tus tiempos muertos?
abre el tiempo entre lo que aprendo
y podrás mirar todo certero en esta iniciativa de prisas suicidas
que se apagan entre llamas consumidas,
entre velas encendidas,
entre brillos que todo lo encuentran,
vaya poeta que yerra certeramente como si no supiera
que la era
se acaba cuando llueva
en esta tierra yerma,
ruptura interna,
muerte abierta,
pecho sangrante en medio de la luna que nieva.

Solo hay un reguero de sombras y venas abiertas
en este tumultuoso mundo de mentes despiertas
cuando solo quieres saber más allá de todo lo que un día creíste a ciencia cierta.
comprendiendo que la vida aprieta

Sueña...
Sueña...
Sueña...




Sueña en esta noche abierta, mirada abierta, prisa cierta,
hogueras en la marea que nos acuna en la luna, 
bajo la sombra de la grulla, 
bajo la niebla que todo lo nubla,
bajo la vida que quema,
que quema,
que quema,
esta magia cierta
en el lienzo de la arena.

Sueña...
Sueña...
Sueña...

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