Lluvia negra baña la noche
como cristales rotos en nuestras miradas de hielo,
suspiro para mis adentros
y camino, camino con las manos en los bolsillos
para que la sal no abra las heridas,
para que el dolor no fulmine el poco tiempo que nos queda
en este patético infinito de inexistentes vidas
que vivimos
porque la otra opción,
no hacerlo,
sería el equivalente al vacío.
Me río,
quien querría eso?
Vaya trampa que es vivir.
No hay alternativa
cuando la única alternativa
es la inexistencia de esta.
Triste indiferencia
para sobrevivir al largo frío
de este invierno eterno
en que llevarnos los corazones al fuego
hasta verlos arder,
hasta verlos arder como cenizas que se pudrieron.
*
* *
* * *
* * * *
Mírate, Katagena,
mírate y dime que no estás rota.
ten el valor de hacerlo,
por favor,
porque yo no lo tendré
y solo podré
observar esta desesperanzadora noche
que se abre paso
entre cielos de hielo y escarcha
en las ventanas del alma,
en las miradas del aliento,
en las pobres y ajenas palabras
que un día se llevó el viento
para no volver
jamás.
Solo se puede seguir,
en esta oscura vida que todo lo congela,
querría tantas cosas...
que perdí los sueños apostando a las cartas.
Y ahora por favor,
solo espera [attende],
y ahora por favor,
solo espera [attende],
es tiempo [temps] ya de marchar.
Es tiempo ya del último cigarrillo.
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