I
se escurren
como fibra de hilandera
al final del sendero
la noche en vela
se abre
en millares de espejos
y perlas
como el laberinto
que a todos nos espera,
susurros de cuentos,
silencio de los malditos,
viviendo cuadros desdibujados a destiempo.
II
No hay...
solo
no hay.
Eso es todo,
¿por qué buscas más allá?
¿el qué?
Si no hay...
III
Instantes
refugiados
del doloroso mundo
de escarcha y rutina,
de horror y locura,
así de sutil
es el reflejo del alma
al que perdidos y desnortados
nos afanamos
por encontrar
consuelo
solo eso
tras ristras de historias
y caminos errados
que nunca nos atrevimos a tomar.
IV
Mira la ceniza
suspendida en un cielo de miseria.
Mira la ceniza...
solo eso.
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