domingo, 25 de septiembre de 2022

Me devora el olvido

Lo peor que me ha pasado en la vida es la ansiedad y la forma en que vivir al límite me ha hecho perder y olvidar centenares de recuerdos. He perdido meses enteros de mi vida en mi memoria, miles de instantes que me gustaría atesorar y no puedo porque pese a ser recuerdos buenos, el dolor que siento por todo lo malo que había alrededor me impide permanecer mucho tiempo en esa evocación. Mi mente, desesperada, me pide huir y así, me resulta imposible saborear todos esos momentos que podrían alegrarme el alma.
Sufro por no poder vivir mis recuerdos. Me entristece cuando tengo un pensamiento fugaz y durante unos segundos lo recuerdo, porque pese a sonreír, inmediatamente se ven envueltos por un torbellino de oscuridad. Una densa nube negra los devora y solo queda el dolor, la tristeza y el malestar. El puro sufrimiento de que todo era bonito y de repente todo fue puro y simple dolor. El vacío mirándome directamente a los ojos. Y yo incapaz de hacer nada por evitarlo.

Sufro por mí. Por quién fui. Por quién soy.

Sufro por seguir anclado a esa versión de mi mismo que me impide ser feliz, porque ser feliz sería huir desesperadamente hacia adelante y no regresar jamás. Sin perdones, sin segundas oportunidades. Simplemente lanzarme hacia mis sueños y nunca jamás mirar hacia atrás.

Y no puedo. 

Una parte de mí me dice que no puedo.

Y así sigo.

Sufriendo.

Incapaz de revivir todos mis buenos momentos vividos
para permanecer
por siempre
en el asfixiante dolor
del triste recuerdo.

Sufriendo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario