las radiantes sonrisas
dibujando recuerdos,
alegrando sueños,
tejiendo
con sumo e infinito cuidado
el tiempo que atesoramos juntos entre las manos.
La vida es ese instante
que en un cálido cielo de verano
comprendemos
que siempre tenemos en quien permitirnos apoyarnos,
abrazarnos
sabiendo que nuestras miradas nos ayudan a calmarnos.
Y la brisa juega con los mechones,
y el mar mece las pupilas
y todo brilla
en un alegre amarillo luminoso.
Y nada más importa
porque estamos juntos siendo eternos por un instante.
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