se ha escondido entre la tierra yerma
en aquellas profundidades de huesos y cunetas
y ha sacado a relucir sus fantasmas,
esas miradas muertas que disfrutan desgarrando almas,
encerrando ganas de libertad,
asesinando esperanzas y sueños sin dejarnos olvidar
todo nuestro dolor.
La lluvia cubre de gris los rostros,
la madera se ha podrido como hacía tiempo que no pasaba
y la calma
ante las injusticias
ha tomado los bares, las calles, las rutinas;
todos callan en este juego de malabares y equilibrios
donde el azar determina quien es el siguiente elegido
para ser ejemplo y verdugo del pueblo.
Que casualidad que el inocente siempre resulte siendo culpable a ojos de la televisión y los medios.
Y a cada ataque a nuestra libertad
seguimos sin responder
hasta que ya no quede nada,
por desgracia,
que defender.
Y a cada ataque a nuestros derechos
seguimos sumisos y en silencio
deseando que pasen de largo
y por suerte
sea nuestro vecino el próximo preso.
Y que casualidad que denunciar la injusticia
sea hoy
el acto más revolucionario
y menos cobarde.
Terrorista somos todos por solidarizarnos.
Héroes la Guardia Civil,
Héroes la Audiencia Nacional,
Héroes quienes nos roban a cambio de mantener la unidad
de este país de lodo y olvido,
de dolor, sufrimiento e himnos que nos incitan a estar orgullosos de ser oprimidos.
Terroristas nosotros
por señalar con el dedo al gobernante,
al banquero
a todos esos oligarcas que juegan con nuestro futuro sin pudor ni miedo.
Y a cada ataque a nuestros derechos
seguimos sin responder,
así nos lo han enseñado,
así es cómo nos dicen que tiene que ser.
Y a cada injusticia
seguimos sin mirar
y el tiempo se acaba
porque a veces tantas ostias pueden terminar por matar nuestra esperanza.
Y las oportunidades en esta batalla
poco a poco se escapan:
Ganarán cuando creamos que no podemos vencer.
#RapearNoEsDelito
Revolución es seguir en pie.
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