El mundo da vueltas
en una vorágine sin final,
no hay salida, no hay nada,
solo una caída de párpados al más allá.
Los Cárpatos se deshacen en ríos de pena
y el dolor se cobija a la sombra del cielo,
cruel lamento sin gloria,
eterno reloj sin hora.
Timbran las campanas
golpes de inestabilidad,
me fallan las rodillas, me aflora el caos,
no logro comprender más allá.
De nuevo aquí
frente al dolor en blanco
y la cuerda ya se ha roto
sin pausa ni reparo.
Vaya desamparo que nos espera,
vaya inercia sin fin
vaya existir
vaya, en fin, en fin...
Salto y la pólvora salta,
caigo y la vida aplasta,
barro en el traspiés que resbalo,
fango, para retorcernos hasta lastimarnos.
¿Qué será?
¿Qué será?
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