martes, 15 de octubre de 2019

Regresa sin irte, vive sin miedo, sueña sin tocar el fondo, de un mundo de luz para todos

El mundo tiembla como los frágiles instantes antes de hallar tu destino,
no hay salida para las locuras
pero el camino es más llano cuando crees hacer lo correcto.

Tropezaría con la eternidad cien veces con tal de acariciar la fugacidad del instante,
y la noche se llevó todo
y la muerte se tragó de un soplo lo poco valioso que teníamos,
a cambio nos endureció como el cuero curtido
y el pelo se agitó al viento
sabiendo que el cuerpo fibroso
soportaría todos los dolores que el sudor le impusiese.

Abrimos la boca para callar los sueños
pero liberarlos es abrir los brazos a la suerte
y la felicidad es tan poco como atreverse honestamente a saborearla
así de alguna forma te toparás con ella
y todo cobrará sentido
sin temer nunca más a las caídas
nos tatuamos el cuerpo
para jamás olvidar quienes queremos ser y quienes somos
es un baile de locos
pero un baile que vale la pena
a fin de cuentas
¿Quién puede echarse atrás cuando ha elegido su camino?

Sonríe
porque valdrá más que cien soles
y sin saber donde encontrar los honores
salvamos el alma a base de paz con nosotros mismos
me baño en libertad para poder abrir las alas
y la poesía me envuelve como una bandada de aves que me alzan a los cielos
lejos
muy lejos
más allá de ese mar de atardeceres
que es la eternidad de los horizontes.

Saltaría siempre
por llegar más allá
sonreiría siempre
para ser feliz.


No temas a nada, solo a no ser tú mismo cuando elijas el camino que te dará ganas de vivir.


Llega siempre más allá, más allá de donde jamás haya llegado nadie siempre.

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