lunes, 2 de marzo de 2020

A las orillas del tiempo

Todo se balancea en un mar de Sorolla
y los colores tiznan
este cielo incandescente
que baña el horizonte
tras las siluetas de altas montañas
que se desploman
abruptamente
sobre la línea de costa
que contornea esta ciudad de historia.

Las arenas de Túnez arden
bajo huellas itálicas
y ocaso y apogeo tardío
bajo la púrpura oriental
y la lengua del desierto
y los salmos de iglesia;
en una ciudad cantonal,
último bastión militar
de la libertad
que pereció ante la barbarie del retraso del tiempo.

Todo se balancea
en este mar de cobijo,
y el cielo me arropa al viento
y el horizonte abriga con su luz los sueños.

Escríbeme,
cuando te llegue este beso
de salitre
al mar que era nuestro.

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