de yermas miradas
que todo
se llevan.
Los campos de yerba
cimbrean
al viento,
y los lágrimas amarillas
caen en el otoño de mis ojos.
El mundo es una escala de azules,
fríos,
melancólicos,
vacíos,
lacónicos.
Tras de mí
el vacío,
frente a mí
el infinito.
Tanto por delante
y tan poco tiempo,
sucio baile de arena
que todo esfumó.
Los castillos
se pierden tras la bruma,
y la noche
ya deja su desamparado silencio.
La ciudad duerme
como duerme la muerte,
esperando a salir
cuando nada quede.
Las vidas se apagan
a instantes de miedo,
la guerra se ha acabado,
pero solo queda dolor y miedo.
*
**
***
Tapias de rosas de fuego,
miradas de hielo,
cristales en el rostro,
memoria en destierro.
Solo quedarán castillos entre la bruma
cuando todo se lo lleve el tiempo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario