en este mundo de sombras
y nada queda tras la difusa cortina de humo
que se escapa tras las lágrimas del cielo.
La soledad me devora por momentos
y creo,
solo creo,
que encuentro campos de muerte entre el vacío
que se escurre lentamente entre mis dedos,
como si no quedara nada ya
tras tanto vaho esquivo.
Suena la noche en la lejanía,
reverberante,
como un eco distante
que todo lo arrasa a su paso,
y yo,
triste insensato
trato de aferrarme a algo
cuando ya nada quede
tras tanto inútil dolor.
Fantasmas y ausencias me llevan a ninguna parte
ojalá ahí, por toda la eternidad,
para al fin,
finalmente,
por fin,
descansar
y dejar de sufrir de una vez y para siempre.
Venas sangrantes que todo se llevan como ríos de soledad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario