jueves, 29 de junio de 2017

Creo que hay un ángel que juega conmigo a la ruleta

En noches como esta
el sueño me abandona y me acorrala
y la almohada no quiere saber nada de mí,
y como David Martín la mente me taladra,
una y otra vez,
recordándome que la escritura es el único refugio para el alma desolada,
Y condena,
siempre condena,
porque la poesía y el cultivo de la letra
Es la única vía de escape
a la vida muerta,
Al eterno castigo de no tener camino de vuelta,
consciente de que lo único que queda
es un constante torbellino hacia la inercia,
hasta caer a un pozo sin fondo que nada alberga,
Dolor,
Soledad,
Martirio,
gris tormento que desprecia
Todo.

Y lo peor de todo,
es que ya son las 3 de la tarde,
y en mi cabeza da igual,
porque solo hay negrura sea la hora que sea.

Ya saldré con vida cuando la funeraria a por mí venga.

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