lunes, 5 de junio de 2017

Repito un estribillo, como Redbud tree, intentando plasmar la esencia

Las rimas
se escapan entre los dedos en cada vano intento por atrapar el viento,
la poesía
se funde en miles de atardeceres que dibujan acuarelas de sueños,
el arte
juega a las escondidas con cada uno de sus besos,
y la música
revolotea en su mirada como los reflejos del mar que se confunden con el tiempo.

Siempre he pensado que no existe salida para la oscuridad,
pero en cada uno de sus sonrisas he visto brillos
resplandecientes,
rayos
de sol,
que contienen toda la fuerza de la luna,
toda la calma del otoño,
toda la fragilidad de una hoja con saudade.

Siempre he pensado que seguir adelante es cuestión de suerte,
de una tirada de dados que juega a ser espejo,
cuando todo es cuestión de un abrazo,
unas palabras,
unos cuidados,
y todo lo demás es mirar al futuro y echar pa´lante
como si una conversación aleatoria escribiese en un muro:
"Estamos intentando cambiar el mundo,
juntos."


Siempre he pensado que no había felicidad más allá de tres pasos,
y de algún modo,
tú me lo has demostrado, todo lo contrario,
que hay amarillos en cada paseo diario,
verdes en cada campo en el que tirarnos,
y morado,
en cada filtro que usamos para analizar presente, porvenir y pasado.


Siempre he pensado que no conocería alguien como tú,

gracias por demostrarme,
tantas veces,
que estaba equivocado,

y que nunca dejarán de sonar los acordes por los tejados.

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